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lunes, 8 de febrero de 2010

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Juan escribía en su blog.

Juan: Acabo de terminar la historia del Dorado. Este es el último capítulo. Espero que les haya gustado. Los dejo con la historia del rio, la fuente, el pájaro, la piedra y la luz.
Manuel llegó trastabillando hasta el recodo del río, tuvo que arrastrarse los últimos metros para beber de la fuente. Inmediatamente se sintió mejor y pudo respirar más tranquilo. Luego miró a Crisanto y a Pierre que volaban muy alto, en círculos, léntamente. Desde arriba todo era desilusión, los de la nave huían en distintas direcciones, nadie había venido a buscarlos. Se miraron seriamente unos segundos a 300 metros de altura luego Crisanto comenzó a reír histéricamente.
Manuel levantó la cabeza de Mora y puso delicadamente unas gotas de agua esencial sobre sus labios, su palidez pronto comenzó a desaparecer y mientras la miraba asombrado Mora volvió a vivir.
Vladimir comenzó a alejarse trotando pero enseguida aumentó el ritmo y la velocidad. Luego corrió como un loco, saltaba los pequeños arroyos, rompía cañas con sus piernas y no aminoraba en las pendientes más empinadas, corrió como cuando era un niño, reía mientras lo hacía. Un viejo sueño se le estaba cumpliendo, correr descalzo sobre el agua, la tierra y el pasto. Al llegar al cañaveral tuvo que ir más despacio, se asombró de la profusa vida terrenal. Se escurría entre las cañas y no le importaba arrastrarse por el lodo, hundió su cara en el mallín. De repente la jungla terminó abruptamente y se encontró con el río y enfrente, una hermosa playa de arena blanca. Allí estaba sentada de espaldas una mujer que enseguida llamó su atención, supo inmediatamente quien era y por un momento fugaz su corazón se estremeció. Mora giró su cabeza instintivamente y lo vió, se levantó y poniéndose colorada avanzó lentamente hacia él. Vladimir se quedó helado, no esperaba ese momento pero no se preocupo mucho, en realidad solo tenía que hacer lo que hace siglos imaginó para el momento en que volviera a ver a Mora. Después de amar tanto tiempo a esa mujer y no poder verla, tocarla o besarla el sentimiento se fue desdibujando, su imagen comenzó a molestarlo, a agredirlo con su bienestar. Sabía que ella estaba feliz, podía sentirlo. Luego ese sentimiento comenzó a transformarse en odio y envidia, hasta llegar a insultar su amado rostro, a odiarla por haberse alejado de él a pesar de todo lo que habían soñado juntos. La miró a los ojos y fue tan el desprecio que transmitió que ella se detuvo, el bajo su mirada, inmóvil.
Mora: Amor, al fin amor, gracias por venir. Te amo, sabés que no fue fácil para mi..amor te amo.
Manuel los miraba desde atrás de un árbol, cuando Mora se acercó para besarlo dio media vuelta y se alejo rápidamente para no ver.
Vladimir: Bah! Amor! (Vladimir se la sacó de encima con desprecio) perdoname pero no tengo tiempo para eso..¿sabés una cosa? podrías haber llamado antes. No importa, no vine por vos, fuiste de mucha ayuda, gracias
Vladimir se alejó sin mirarla, ella lo tomó de un hombro pero él la alejó bruscamente y se internó nuevamente en la espesa selva valdiviana. Mora no entendía nada, luego de un instante cayó rendida a los pies de Manuel quien arrepentido había vuelto sobre sus pasos. Parecía perdida, a punto de desfallecer. Manuel la ayudó a levantarse, la miró con timidez a pesar del despecho, amaba a esa mujer. Secó sus lágrimas, tomó su mano y sus labios buscó, sin pensar, aturdido, temblando como un niño. Mora lo rechazó suavemente mientras evitaba sus ojos, pero luego avergonzada se refugió en ese amor y con una leve sonrisa hundió su cara en él. Desde la cima de una colina Vladimir los miró un instante, luego miró su nuevo mundo, inspiró fuerte hasta llenarse los pulmones.
Manuel y mora caminaron de la mano río abajo por la playa. Encontraron a Juliana flotando en el río, su cuerpo aún mantenía su belleza, dos días muerta en aquel helado río no mellaron su piel. Manuel tomó su cantimplora y lo hizo otra vez, asombrado y agradecido de su nueva profesión, revivir gente del río con su fresca poción.
Pierre y Crisanto observaban todo desde arriba, dando vueltas en círculos, lentamente.

2 comentarios:

  1. Hola!!!
    Uuyyy, es demasiado para mis 51 años, jijijiji hasta donde ira la tecnología, uno cree que esta todo inventado…..
    Aldo Bonzi, hay unas personas conocidas de Mones Cazón allí….

    Feliz 2012, lleno de nuevos proyectos y además un abrazo de oso personalizado para vos.

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