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viernes, 29 de enero de 2010

30



Luis estaba sentado en su antigua habitación. Miraba por la ventana mágica pero no veía. Se asomó y respiró la última dulce brisa de aquel verano. De pronto vió luz en la casa de enfrente, el niño que había llamado su atención el otro día escribía en su computadora.


Luis: ¿Qué escribirá? ¿Inventará historias como yo? Me acuerdo cuando era como él. Cuando inventé la historia del Dorado que en vano repito. Lo hago para mi, para recordar porque estuvo bien lo que hice. ¿No?

Luis: Siempre observados por Pierre y Crisanto bajaron la montaña tomados de la mano, fueron hasta la fuente. Ambos tomaron un pequeño sorbo de agua esencial. Pronto empezaron a reír. La conexión entre ellos siempre había sido muy fuerte, principalmente en la cama. Mora sabía separar perfectamente el sexo del amor. Empezaron besándose y luego a quitarse la ropa, el efecto del agua depende en gran parte de la voluntad y fue el éxtasis sexual el que dominó otras pulsiones, tuvieron sexo durante toda la noche, incluso volando.
Pierre y Crisanto sabían que no era el momento de atacarlos, estaban juntos y habían tomado de la fuente, nada podía detenerlos en ese momento aún cuando parecían muy ocupados en otra cosa. Pierre miraba entusiasmado, muy entusiasmado. Crisanto aburrido intento dormir un rato, al menos un par de horas hasta que el efecto del agua pasara. Pierre lo despertó cuando empezaron a volar. Luego de estar seguros de que estaban lo suficientemente lejos corrieron a la fuente. Pierre se zambulló y Crisanto tomó desesperadamente a manos llenas.

29

Juan escribía en su blog.

Juan: Ayer fuí a La Islita otra vez. El agua estaba buenísima y nadé bastante. Busqué nuevamente la piedra sumergida pero no la encontré. Hay dos posibilidades, la que yo creo es que esa chica que ví en la playa junto a sus abuelos imaginó la piedra con tanta fuerza y power que yo pude nadar y subirme a ella. Quizás cuando nadó hacia adentro no midió el peligro y se asustó entonces deseo con toda su fuerza que haya algo, una piedra, donde descansar. Como yo la ví y ella me vió la piedra existía para nosotros y entonces yo pude verla y tocarla. Luego cuando ella se fue y volví a la playa el encanto se llevo la piedra para siempre. La otra posibilidad es que me haya equivocado de playa cuando volví a buscarla, cosa improbable pero ante el estupor de la desaparición me autoconvencí y recorrí las otras playas sin éxito.
La piedra estaba tibia bajo el agua, eso es muy raro. De la chica nunca supe nada mas.

domingo, 24 de enero de 2010

28

Luís: Manuel siempre supo porque lo llamaba Mora pero tenía la secreta esperanza de equivocarse. Había traído consigo todo lo necesario para armar un transmisor portátil. Fueron a la antigua cueva y allí ella le mostró la dirección que su madre le había enseñado, juntos calcularon las coordenadas. Fue difícil pues se habían prometido dejar todo el pasado olvidado para siempre.
Mientras trabajaban sobre la gran roca Mora lo besó y él intuyó que lo deseaba, pero ella se hizo la tonta y siguió trabajando.
Manuel: Cuando mandemos la señal será el final de todos nuestros amigos, vendrán a matar a quien no quiera volver.
Mora: Ha pasado mucho tiempo, no sabemos que puede haber sucedido.
Manuel: Nada Mora, vos sabés lo que era eso, dudo que exista una población como antes, a lo sumo jerarcas, burócratas y esclavos. Incluso son capaces de destruir la Tierra.
Mora: No te adelantes, estoy segura que no será así.
Manuel: ¿Y si él ya no está?
Mora.: Gracias.. pero ya lo había pensado.
Manuel: Perdoná, no sé qué hacer, estoy desesperado y quiero decírtelo antes de que te vayas.
Mora: Vení conmigo, basta de cuerpos de carbono, de oxigeno, agua, muerte, que le queda a este planeta sin nosotros, lo poco rescatable lo generamos y ellos se creen superiores. Son despreciables, no tienen nada..
Manuel: Si Mora, tienen el amor, pero de una manera más pura menos racional, la razón y la lógica destruyen los mundos aquí y allá. Son rudimentarios pero tienen esas miradas de alegría y tristeza que me emocionan, tienen eso, las emociones a flor de piel.
Mora: Veo que te has contagiado. Perdoná.. nunca me pude acostumbrar, al contrario que vos veo en ellos la irracionalidad disfrazada de verdad y la verdad como algo absoluto. El ser humano se cree absoluto, que todo gira alrededor de su existencia, el tiempo, la inteligencia y sabemos que no es así, dios es relativo. El hombre crea absolutos con materia relativa, busca en el lugar equivocado. Está en su naturaleza, todo esto en realidad es un disfraz que esconde su verdadera naturaleza virósica.
Manuel: Bueno ya está, (terminó de calibrar el transmisor) ahí tenés tu pasaje de ida.
Mora: ¿Si? ¿está listo?
Manuel: Es la hora apropiada, mañana al amanecer estarán acá.

Pasión

Es la primera vez que Pablo aparece con su nombre en mis cuentos pero inconscientemente quizás siempre hablé de él o más bien de lo que él representa para mí. La pasión, nuestra principal virtud. En ello no tenemos nada que envidiarle a Manuel, Mora o Crisanto, es lo que hace al ser humano una especie digna de ser conocida. Con la pasión basta y sobra, no importa sobre que se ejerza, basta con vivir apasionadamente y escribir de la misma manera, sin preguntarse por que uno lo hace o si sirve para algo. Nuestra fuerza e ilusiones están ahí y eso alcanza para estar vivo.

sábado, 23 de enero de 2010

Soñar cuesta 500 euros

Cuando sea grande quiero ser albañil, no mejor bombero. Cuanto cuesta reir. Riamos. A veces estoy aturdido, me veo y quiero escapar. De mi inconciencia de volar. Hasta acabar de bailar. Imagino una charla a media voz, donde hablan de mi. ¿Cómo te llamabas? Pasá. Papá, Mamá, si Papá. Yo, yo también. Si yo. Vamos a festejar. Tengo guirnaldas en los ojos de verte descansar. Luz de bienestar. Si Papá. No quiero despertar aunque suena el teléfono. No voy a atender, tengo que brindar. Jar, jar jar.

viernes, 22 de enero de 2010

27
El verano termina dulce y siniestro, como Luis como Juan.
Juan escribía en el blog.

Juan: La última vez que vi a Pablo fue en el boliche, en la Taberna del Chimango. Lugar en donde mil historias de amor ocurrieron y ocurrirán. Nunca más podré ver su sonrisa, ni escuchar su melodiosa voz. Muchas chicas lloran su muerte y a todos nos rompió el corazón. Estaba allí junto a la pista con Quique su gran amigo, reían sin cesar, un par de chicas fumaban y hablaban animadamente junto a ellos. Yo estaba sentado esperando algún milagro y ellos los regalaban. Mis amigos, borrachos como yo, esperaban la señal. El deejay puso Ramones y el pogo empezó, me arrastraron, reconozco que es muy divertido para nosotros, no para los demás, que deben abandonar la pista para no ser aplastados o empujados. Es nuestro momento y creo que los del boliche lo saben, después de todo es un espectáculo bastante llamativo el ver a diez monos saltando y empujándose como locos. En realidad nunca nos lastimamos, sabemos hacer pogo, muy divertido pero para las chicas ess una muestra más de nuestra inmadurez. Luego de los cuatro o cinco temas permitidos todo volvía a la normalidad y mientras nosotros nos retirábamos eufóricos de la pista Pablo, al escuchar a los Stones se puso a bailar. Bailaban como indios alrededor del fuego en cámara lenta. Así lo recuerdo bailando sin importarle quien lo mirara, sin sobreactuar con su chica, libre como si solo fuera la música y él, nada más. Los mejores mueren primero. Se fue.
26


Luis: Ella lo vió primero, desde una pequeña colina, se arregló el pelo y bajó corriendo a su encuentro, Manuel se quedo inmóvil no sabía que hacer, ella lo abrazó y besó en la boca, cuando él intentó reaccionar y besarla Mora lo miraba sonriendo.
Manuel y Mora: Perdón, perdoname.
Mora lo abrazó llorando.
Mora: Gracias por venir.
Manuel: Perdoname no quise… ahora te entiendo tanto, merezco que me hayas dejado. Si me das una oportunidad.. podemos hacer lo que siempre hablamos, podemos ir a la isla o a nuestra estrella. Huyamos de aquí tengo miedo, vienen por nosotros.
Mora: No vamos a ninguna parte Manuel, yo lo amo. Vos lo sabés. Nosotros deberíamos estar ahí también.
Manuel: Volver! ¿a qué? ¿a morir como esclavos?
Mora: A luchar por lo que vivimos soñando.
no encajamos acá Manuel.
Mora: Manuel te necesito..
Manuel: ¿Tenés la frecuencia?
Ella sonrió, caminaron de la mano hasta perderse en el bosque.
Crisanto, Pierre y Joao observaron en silencio como Manuel y Mora se alejaban.
Joao se acercó a Crisanto y le hizo una seña para que lo siguiera, quería hablarle a solas, Crisanto sorprendido accedió de mala manera, Pierre sonrió con sarcasmo.
Joao: ¿Qué estamos haciendo acá? ¿Quiénes son esos?
Crisanto: ¿Sabías que sos muy lindo vos? Tranquilo vamos.
Mientras caminaban Pierre le habló en voz baja solo unos segundos, Crisanto levantó los hombros desganado y miró a Joao.
Crisanto: Muy lindo, pero lamentablemente ya no sos útil para nosotros..
Joao sorprendido no tuvo tiempo de reaccionar Pierre le disparó dos veces por la espalda, cayó frente a Crisanto. Intento aferrarse a sus piernas pero se lo sacó de encima violentamente. Mientras Joao daba sus últimos suspiros sacó un cigarrillo. Pierre se acercó presuroso para darle fuego.
Crisanto: Llegó la hora tío. Será mejor que yo me encargue de todo, vos hacé lo que te digo.
Pierre: ¿Puedo tomar de la fuente?
Crisanto: Primero tenemos que encontrarla, ellos no lo dirán nunca. Yo pienso tomar, después de todo es una oportunidad que no se debe dejar pasar ¿no? Además, es la única forma de vencerlos. Caminaron tras los pasos de Manuel y Mora sin mirar atrás. Joao quedó tirado en el suelo con los ojos abiertos inyectados en sangre, sobre su labio posaba la cadenita de oro que Crisanto le había regalado.

25

Juan estaba sentado en la puerta de su casa. En la somnolienta siesta se encontraron frente a él una pareja de jóvenes. Los dos se miraron un instante y al mismo tiempo dijeron "Perdón". Se abrazaron y se fueron caminando de la mano.

lunes, 18 de enero de 2010

24

Luis: La fuente de agua esencial no era natural del planeta Tierra, ellos la trajeron. Su esencia es un mineral poco común en el universo al que atribuyen incluso un parentesco divino. Tiene propiedades curativas y regenerativas al punto de permitir revivir a cualquier ser existente. Su ingesta con agua permite acceder a otro estado de la existencia, entrando en contacto con la invisible estructura que conforma la vida misma. Uno puede vislumbrar respuestas a preguntas que parecían no tener solución, en todos los ordenes, afectivo, existencial o universal. El abuso en su consumo puede provocar la muerte y aunque otro pueda revivir a esa persona es sabido que solo se puede morir dos veces. Provoca un estado de plenitud y armonía, deja de ser necesario alimentarse y beber por períodos de meses o años. Esto varía de persona a persona además permite, entre otras cosas, volar o ver el futuro. A simple vista es solo una piedra de dos metros cuadrados de color azul oscuro sobre la cual cae una pequeña vertiente proveniente de la misma cordillera. Su ubicación fue muy discutida pero se vislumbró que el hombre nunca se asentaría en la zona por la dificultad del terreno y que probablemente la vida en el planeta se extinguiría antes que un humano beba de la fuente. No se podía estar cien por ciento seguro después de todo al mirar el futuro solo se está realizando una compleja ecuación de variables, que como su nombre lo indica están sujetas a todo tipo de contingencias. Si un humano tomara el agua de la fuente..

domingo, 17 de enero de 2010

23

Juan escribía en su blog.
Juan: Al fin terminó el castigo, ya puedo salir de mi cuarto. Mi madre ha vuelto por suerte y ya no discuten tanto. Ayer me encontré a Pablo un vecino de la otra cuadra. Tiene mas o menos mi edad. Estaba con dos chicos mas grandes, pasaron en bicicleta. Pensé que estaría enojado por haber llevado a mis amigos a la fiesta en su casa pero no, al contrario me saludó con buena onda. Fue el primero al que le mostré lo que escribo. El arte de la narración no es fácil para mí. Mucho fue a parar a la basura, otros los atesor y cuando tiempo después los leo me dan asco. Es buena la autocrítica pero uno no puede ser objetivo, es necesario que los demás opinen y hay que aprender a escuchar las críticas. Que distinto que ven los otros nuestros sublimes versos, muchos ni siquiera terminan de leerlos. Ninguno de mis amigos le encuentran sentido a escribir. Mi primer y mejor crítico fue Pablo. Estábamos de campamento por el día de la primavera, con cuatro amigos más dormíamos en una apestosa carpa, soportando todos los olores imaginables, a pata, alcohol, pedos y mal aliento. Incluso el agrio sabor del esperma que en estos días no podemos contener. Recuerdo que esperábamos a que los demás se duerman para masturbarnos pensando en las chicas que habíamos visto en la playa. Nunca sabemos como acercarnos a ellas, esto no es un problema para Pablo. El estaba en una carpa con su novia, los dos solos, como viejos amantes. Su hermosa novia, Malena, nos miraba con desprecio mientras lo abrazaba. La última noche del campamento me quedé solo en la playa, esperaba que esa chica con la que había cruzado apasionadas miradas viniera a buscarme. Iluso siempre fui, ella nunca vino. Desconsolado comencé a escribir un poema en honor a mi esquiva amada. Sentí unos pasos a mi espalda, me di vuelta ilusionado, era Pablo. Se acercó y me saludó, yo con mi habitual timidez me puse incómodo, quería ser su amigo pero no sabía que decirle. No fue necesario, el comenzó a hablar.
Pablo: Que buena esta la noche, viste que loco el reflejo de la luna en el lago. Está planchado parece un espejo. Me gustaría caminar sobre el agua como Jesús, los orientales pueden hacerlo, se concentran y pueden levitar o caminar sobre el agua. Todo el poder está en nuestra mente, solo hay que conocerse a uno mismo
Yo: De una.
Pablo: ¿Qué escribís? a ver.
Tomó de golpe mi cuaderno y se quedó largo rato leyendo en silencio junto al fuego. Yo estaba muy nervioso, nunca nadie había leído mi trabajo. Ansioso esperaba que me diga algo, que me felicite. El leía y parecía muy entusiasmado, empecé a sentirme bien, parecía que le gustaba, reía y me miraba de reojo. De repente, me arrojó el cuaderno con desgano y cierta violencia. Lo miré asustado.
Pablo: Te digo la verdad, me parecen muy cursis, parecen poemas de nenas “me dejó y no pude encontrar el deseo de vivir”..“en sus ojos brilla el fuego de mi amor”. Tenés que escribirle a la pasión no al desamor. Mujeres tendrás muchas y si vas a escribir un poema cada vez que te rompan el corazón con suerte vas a terminar en una revista rosa o escribiendo telenovelas. La vida entera debe ser tu fuente de inspiración, los sueños, aún los más locos, las utopías, la libertad, la pasión que algunos seres humanos ponen en juego. De nada sirven lloriqueos de amor, tenés que escribirle a la vida, a tus miedos, a tus fantasías reprimidas. Eso es arte duradero, aquél que desnuda el alma del hombre, no estúpidas historias de amor, bah! amor, ¿Qué sabés vos del amor? ¿Acaso dejaste todo por un amor? ¿Ya cogiste? ¿Tenés novia acaso? ¿O crees que el amor son estas tontas historias? Perdoname pero es mejor que alguien te lo diga antes que sea demasiado tarde. Además es solo mi opinión, después de todo yo no soy nadie. En ese momento su novia llegó, me saludaron y se fueron juntos a caminar junto al lago tomados de la mano. Sentí una gran humillación, al principio me enojé con él pero luego cuando en la carpa intentaba dormirme entre los gemidos apagados de alguno de mis amigos, le agradecí, tenía razón, si él lo decía tenía que tener razón.

jueves, 14 de enero de 2010

22

Luis: Pierre estaba arrodillado junto al río, lavaba sus manos cubiertas de sangre. Detrás el desastre, Juliana muerta, desnuda de la cintura para abajo. No pudo reprimir sus oscuros y abyectos deseos. Ni siquiera intentó convencerla, solo se acercó y mientras dormía la amordazó. No quería testigos, la violó a su antojo por delante, por detrás, luego la remató de un disparo en la cara. Mientras lo hacía reía, estaba acostumbrado. Se sabía intocable, siempre su dinero tapó sus actos y escondió sus secretos. En realidad era un pésimo amante, había matado a varias por burlarse de él. Absurdo y cruel infeliz, nuevamente había apagado una luz y esta vez una hermosa luz que aunque humana, brillaba mucho más que la suya. Allí quedaron lo sueños de Juliana. Joao quedó atónito, no se lo esperaba, Crisanto como si nada le pidió el desayuno. Cuando Pierre se acercó traía un arma en la mano, Joao se levantó esperando lo peor. Crisanto y su tío y hablaron en voz baja. Crisanto lo miró y con una sonrisa trató de tranquilizarlo. Pierre como un autómata se fue a dormir a la carpa. Crisanto le pidió a Joao que se deshiciera del cadáver. La llevó en brazos y dejó que la corriente se la lleve. El cuerpo flotó río abajo unos veinte metros y se enganchó en unas rama por unos momentos luego se perdió de vista. Joao volvió y se sirvió café, miró a Crisanto con temor. Sería mejor estar alerta y escapar si era necesario pensó. Crisanto le ofreció pan con una sonrisa, nada alterado, estaba de muy buen humor después de la noche de pasión. Todo le estaba saliendo como lo habían pensado, necesitaban a Joao, al menos por ahora.

miércoles, 13 de enero de 2010

21


Juan se quedó dormido. Luis en silencio tomaba mate. La noche estaba muy agradable, llena de estrellas. En el barrio una pareja de novios se besaban en un zaguán. Luís no podía sacarse de la cabeza el murmullo del arroyo. Juan empezó a soñar. Un hombre estaba arrodillado junto a un río, lavaba sus manos cubiertas de sangre.
20

Luis: La segunda noche de Manuel estuvo llena de reproches, se recriminaba no haberle demostrado su amor. Se dió cuenta de todo lo que la amaba. De que otra manera se podía explicar esa presión en el pecho. Quería volver el tiempo atrás, si hubiera hecho esto o lo otro, quizás ella se hubiera enamorado de él. Sentía que ya era tarde, pero ¿por qué ahora lo llamaba? A él, que no la había ayudado, que la había mirado con lástima cuando tomó el veneno. ¿Cómo podía perdonarlo?, ¿cómo la miraría a los ojos?
Pobre Manuel, creyó que era imbatible, que ella moría por él. Nunca imaginó que esto podía sucederle. Corría desesperado, intentando lo que dentro suyo sabía imposible. Reconquistar su amor, convencerla de que se quede con él, pedirle perdón y otra oportunidad. Darle su vida en bandeja de plata y aceptar cualquier cosa que le permitiera volver a besar sus labios, abrazarla, cogerla, sentirla vibrar de placer. Hacer lo que nunca hizo, amarla.
Sólo, en medio de la Cordillera de los Andes, buscando a su amor. Sin importarle los riesgos, sin que esto significara que no tenía miedo. Siempre temió a la oscuridad, y allí en esa noche sin luna, todo era negro a un metro del fuego. No temía a los animales sino a los espíritus del bosque, sabía que existían, este planeta esconde muchos secretos que la razón humana no alcanza a vislumbrar. Bebió como nunca, sabía que le daría valor para enfrentar sus miedos. Borracho espero lo que fuera, pero nada sucedió y luego de un par de horas se quedó dormido. Fue entonces cuando se presentaron los espíritus, uno en forma de ave revoloteo sobre él dormido y agito sus sueños. El otro en forma de escarabajo le meó la nariz.

martes, 12 de enero de 2010

19

Luis: Luego del claro había nuevamente selva, con los ánimos exaltados avanzaban lentamente. Solo Joao estaba más relajado, trabajaba con ganas, ya nadie lo apuraba ni insultaba, incluso era Crisanto quien le acercaba agua cuando descansaban. Juliana intentaba mantener la calma pero con Pierre detrás no le era fácil. Crisanto como siempre llevaba la mejor parte. Había desistido de la ropa de mujer y vestía un jean algo ajustado y un buzo. Solo se había maquillado los ojos. Como hombre era también atractivo y a más de una chica había seducido pero solo por su desenfado y libertad absoluta que le permitían ir contra sus instintos cuando él quisiera.
La caña parecía no tener fin, ocupaba todo el suelo, las plantas estában ubicadas a tres metros de distancia entre si, de allí salían cañas de hasta cuatro metros de largo que buscaban su destino en todas las alturas, niveles y direcciones posibles, haciendo imposible esquivarlas, una muralla de caña colihue. Y el cielo que apenas se veía. Por la tarde empezaron a oír un murmullo lejano, era el río, estaba cerca en alguna dirección. Juliana tuvo que convencerlos para que la sigan y luego de una hora fatal donde la caña estaba mucho más densa, aparecieron de repente junto a un angosto pero caudaloso río. Crisanto y Pierre se miraron entre sí entusiasmados, se estaban acercando, no era nada fácil la tarea que tenían por delante pero estaban dispuestos a realizarla. Juliana se sentó en la arena desanimada. Joao ayudó a Crisanto a cruzar hasta la orilla de enfrente donde había una pequeña playa. Allí pasaron la noche. Luego de instalar el campamento se sentaron junto al fogón, Juliana y Joao fueron los encargados de preparar la comida mientras Pierre y Crisanto bebían y hablaban en voz baja. Juliana buscó apoyo en Joao pero él se mostró indiferente, nunca había sido muy sentimental y no empezaría en ese momento. Luego de comer Pierre, para sorpresa y alivio de Juliana, se fue a dormir a la carpa, ella se acostó en su bolsa junto al fuego. Para entonces Joao y Crisanto reían un poco ebrios mientras fumaban un porro. Joao empezó a contar una historia.
Joao: En la selva de mi país existe la leyenda del Dorado, un lugar donde todo es de oro, hay grandes construcciones de una civilización perdida y tesoros inimaginables. Para todos es solo un cuento de los viejos pero yo se que existe. Mi madre se internó en la selva a buscarla, se había criado allí, sabía sobrevivir sola, podía cazar, pescar y conocía que frutos comer. Antes de irse me regaló esta moneda de oro, no tiene más inscripción que un sol en ambos lados. Su abuelo decía que era del Dorado. Cuando me dijo que se iba comencé a llorar, después de todo era solo un niño, ella me abrazó y me cantó el poema del dorado, una vieja canción que todos los de la aldea conocíamos. Pierdo el rumbo entre el espeso follaje, busco el mundo perdido, valle dorado, secretos de la vida en la tierra, perdido y de viaje, extraños susurros y nuevos colores, Mostacita y el profeta me acompañan, corren ríen y sueñan con mística alegría y suaves murmullos, estamos juntos, esperando al pájaro que conoce el camino al Dorado.
Joao se quedó en silencio mirando el fuego. Crisanto lo felicitó y le invitó un trago pero Joao parecía no escucharlo.
Juliana: ¿Y lo encontró?
Joao se levantó y se alejó hacia la oscuridad. Juliana se acomodó para intentar dormir un poco junto al fuego.Crisanto y Joao con inusitado recato se fueron a seguir sus caricias a la otra carpa, Juliana pensó en su familia y sus amigos, como todas las noches le pidió a Jesús que cuide de su hija.
18

Luís encendió una lámpara y la colocó en una mesa improvisada en la vereda. En su cuarto Juan sentado con los pies arriba de la silla se tapó con una frazada mientras comía una hamburguesa con papas fritas. El viejo cortó un salame y rodajas de pan. Comieron en silencio.

lunes, 11 de enero de 2010

17

Luis: La selva puede ser cruel, cuando uno cree que la densidad de la vegetación no puede aumentar, enredado entre cañas, con la ropa enganchándose constantemente, arrastrándose para pasar más fácilmente, cuando ya nada puede empeorar, el terreno se vuelve pantanoso, el agua estancada te chupa y dos por tres se pierde un zapato. Juliana conocía la zona y se los había advertido pensó que desistirían de ir fuera del circuito de senderos, más allá estaba la cordillera misma, pensó que se darían por vencidos. Al ver su tesón intento desanimarlos y convencerlos de volver pero fue en vano. ¿Adonde iban? no tenía sentido, sabía de una laguna más arriba, en el límite con Chile pero el camino era por otro lado y además ellos no querían ir allí, hablaban del río, pero remontarlo era casi imposible, eso creía ella, decidió ir en línea recta para evitar las vueltas del río. Luego de tres horas en las que no avanzaron más de quinientos metros encontraron un gran claro, pero habían perdido el río. Crisanto se sentó a descansar, Joao dejó la mochila en el suelo, estaba exhausto. Pierre y Juliana fueron a ver que había más allá del claro. Crisanto miró a Joao.
Crisanto: Vení, sentate, tomá un poco de agua. Dale!! .. Y después, haceme unos masajes en los pies, que me están matando.
Pierre se acercó por detrás a Juliana y mientras ella intentaba escuchar el murmullo del río, la abrazó.
Pierre: Hermosa, que buena que estas!
Juliana: Soltame, ¿qué hacés? soltame!
El no la soltó, intentó besarla a la fuerza mientras le agarraba el culo pero ella le pegó un rodillazo y él cayó, pálido.
Juliana: Basta!! ¿Quién te crees que sos hijo de puta? Yo me voy a la mierda, entendés? Vos a mí no me tocas nunca más.
Pierre aún dolorido sacó su pistola y le apuntó. Juliana quedó muda, luego comenzó a correr Pierre disparó al aire un par de veces y ella se detuvo.
Joao acariciaba los pies de Crisanto quien comenzó a mirarlo provocativamente, al escuchar el disparo Joao se levantó de golpe, Crisanto apenas se inmutó y mientras se arrodillaba cerca de él dijo.
Crisanto: Mi tío tiene un arma y le gusta disparar a los pájaros, vení tranquilo no pasa nada, dale que estábamos re bien.
Joao caminó unos pasos y vio a lo lejos a Pierre quien le hizo una seña de que todo estaba bien. Miró a Crisanto, después de todo no estaba tan mal, tenía linda cara y un buen culo, además estaba claro quién de los dos era el macho. Se acercó lentamente mirándolo a los ojos, Crisanto le desabrochó la bragueta, saco la enorme pija negra y se la metió en la boca, él si sabía como chuparla, Joao cerró los ojos de placer, si era verdad Crisanto sabía lo que hacía.
Pierre: La próxima vez que me toqués!! Más vale que me mates. Mirá, basta de careteadas a partir de ahora vas a hacer lo que te diga, primero llevanos hasta allí y después vos elegís o te me entregás como una putita o te hago mierda. Ahora levantate vamos.
Cuando llegaron Crisanto estaba en cuatro patas y Joao estaba detrás dándole con fuerza, los dos gemían, Pierre miró con resignación, Juliana comenzó a llorar.

viernes, 8 de enero de 2010

16

Luis: ¿De dónde viene la inspiración sino de la vida misma? No creo en musas lindas y transparentes que me dictan al oído mis sus más bellos versos, es nuestro propio cuerpo. Nuestros sentidos son los que en contacto con la naturaleza y los demás, van construyendo el relato, con el fin del relato mismo, quien con autoridad debe ser capaz de permitir, a quien le preste atención, sentir en sus propios sentidos la contundencia de las acciones dramáticas. Pablo provocó eso en mí, su vida inspiró muchas de las historias que cuento. Todo empezó una noche de verano. El hacía una fiesta en su casa y nosotros no estábamos invitados. Tendríamos todos 12 o 13 años. Mis amigos y yo estábamos bastante borrachos, llegamos a la puerta con la intención de entrar directamente pero al llegar estaba Quique, amigo de Pablo, quien se nos interpuso en el camino y cuando uno de nosotros empezó a empujarlo el llegó y nos dejó entrar. Cuando pasé a su lado me saludó amable, después de todo éramos vecinos, aunque él no se juntaba con los de su edad, siempre andaba con gente más grande.
Al entrar estaba lleno de chicas, Pablo a todas las atraía con su belleza y bohemia, trabajaba en una radio y tenía un programa de música stone y psicodélica. Nos desparramamos en los sillones, allí estaba Carolina una hermosa chica un poco más grande que yo quien siempre me miraba. El alcohol me dió el valor de acercarme y de conquistar mi primer beso, recuerdo sus hermosos labios, lo extraño y placentero de sentir su lengua dentro de mi boca. Ambos teníamos aparatos de ortodoncia y aunque parezca forzado e inverosímil en unos de esos inolvidables besos nos quedamos enganchados unos segundos. Nos reímos y para escapar un poco de todos caminamos hacia una de las habitaciones, había gente por todos lados, sin adultos en la casa. En la cocina los amigos de Pablo charlaban animadamente, en una pared una guitarra eléctrica, quizás la única del pueblo en ese momento. Cuando abrimos la puerta del baño para buscar más intimidad encontramos a Pablo con dos chicas fumando un porro, ellos rieron. Pablo nos ofreció, yo no sabía qué hacer, eso no era como el alcohol, estaba prohibido además seguramente quedaría atrapado, adicto, incluso moriría. Me quedé mudo, inmóvil, el me miró a los ojos, levantó los hombros y cerró la puerta. Nos sentamos en el sillón nuevamente, ella no se había dado cuenta de nada. Al rato se pusieron a bailar Pablo, Quique y dos chicas en la oscura sala. Eso también me impactó, en esa época los chicos no nos animábamos a bailar, por vergüenza. Decíamos que no era de hombres, pero a ellos todo eso no les importaba. Bailaban como indios alrededor del fuego sagrado. Y todas las chicas los miraban, dejaban de besar a sus novios y los miraban. El arte no respeta lo establecido, busca nuevas formas de representar la realidad, no se ata a recetas impuestas socialmente y siempre avanza más rápido que la moral, la política y la sociedad.

jueves, 7 de enero de 2010

15

Juan escribía en su blog, en la pared solo restaban tres días de castigo aunque ninguno de sus padres lo controlaba. Su madre no había vuelto ni llamado y su padre se la pasaba borracho mirando televisión.

Juan: Ayer me animé a mirar por la ventana y me sorprendí al ver que ya no estaba el campo florecido sino una densa selva. Salí y apoyé mis pies descalzos en la tierra húmeda. Había un sendero y lo seguí, el lugar era estremecedor, apenas se veía el cielo. Poco a poco el sendero fue desapareciendo hasta transformarse en una difusa línea tapada de plantas y caña colihue. Caminé por un largo rato sintiéndome observado, se escuchaba una gran variedad de cantos de pájaros, algunos muy raros y amenazadores. De pronto frente a mi, a unos diez metros me pareció ver una silueta moviendose tras una planta. Me quedé inmovil, asustado, escuchando mi respiración. Despúes de unos segundos se volvió a mover alejandose de mi, parecía un anciano vestido con un sobretodo negro, no le pude ver el rostro. Llevaba una gran valija que arrastraba a duras penas entre la maleza. Muerto de miedo decidí volver a mi cuarto.

miércoles, 6 de enero de 2010

14


Luis estaba sentado en una reposera en el patio trasero de la casa. Había un gran silencio que poco a poco se fue llenando de cantos de pájaros de la selva.


Luis: El patio de mi casa da a la selva y esto es muy raro porque vivo en una ciudad. Cuando te olvidás de ese detalle podés seguir el sendero. La selva me salva.


Luis se levantó y dirigió al sendero que se perdía en la selva hasta perderse también.


Luis: Mora encontró la antigua cueva, en ella se cobijaron al llegar a la Tierra. Estaba vacía pues nada habían traído. Pero estaba la ventana, una abertura natural en una de las paredes, allí su madre le había indicado la ubicación de su sistema solar en el cielo de verano. La primer noche, cuando todos dormían y ella lloraba en silencio, se acercó su abuelo y en secreto le enseñó la melodía de la frecuencia para comunicarse, lo hizo porque él nunca había querido venir, prefería morir antes que dejarles todo a ellos. Lo trajo su familia, un poco a la fuerza. Los demás no querían volver, no por la muerte, después de todo ya habían vivido demasiado, pero vivir bajo ideales tan contrarios y ver que todos allí, sus amigos, sus vecinos, sus líderes, habían aceptado todo tranquilamente, en silencio, por conveniencia o comodidad, los asqueaba y juraron no volver, olvidar que todo aquello existía. Mora se acercó a la ventana y repitió los movimientos de su madre señalando el cielo, allí estaba su origen, su identidad, otros como ella pero fundamentalmente estaba él, Vladimir. Comenzó a tararear la melodía, el sonido inundó la cueva, las paredes lo amplificaron y sonrió, haría falta algo más que sus pulmones para llegar al cielo.

13

Luís: Manuel se levantó al amanecer, bebió agua del río y se refrescó la cabeza, eso termino de despertarlo. Aún le faltaban dos noches para llegar, solo tenía que seguir río arriba. Desayunó abundantemente con pan y café. Caminó sin problemas toda la mañana. Al mediodía encontró una pequeña cascada, la subió con poco esfuerzo. Varias veces se sintió observado y tenía razón pues era yo el que lo miraba. A veces hacía ruidos que llamaban su atención o movía ramas a su espalda, en fin me divertía. Despúes de un rato lo dejaba en paz y el podía volver a pensar en Mora, en donde estaría y en como la había perdido. Creyó que en realidad no la necesitaba, solo el sexo parecía atraerle, nunca nadie lo había hecho sentir así, libre y pleno en la cama. Juntos derretían lo que tocaban y en todos despertaban lo mismo, lujuria. Pero cuando ella hablaba de amor el intentaba evadir el tema, pensaba que en realidad no la amaba, que ella no era para él. No le gustaba más el arte y consideraba pueril perder el tiempo leyendo o mirando las nuevas obras, decía estar hastiada, que no había nada nuevo interesante. Había visto pintar a todos los genios de la pintura moderna, había sido amante de músicos notables e incluso había matado a uno de ellos. Pero decía estar cansada, que ya nada la emocionaba. Cuando ella se fue extraño su voz y sonrisa, su piel y su gracia, sus palabras de amor. En vano la buscó, había desaparecido. El pensaba lo peor y sus sospechas se confirmaron. Mora, como alguna vez se lo había dicho, quería volver. Decía haber encontrado la forma de regresar a nuestro planeta. Manuel se rió, luego al darse cuenta de que lo decía en serio, la miró espantado. Nadie debía volver, el que lo hiciera sería un traidor, un débil y miserable traidor. Se enfureció, le gritó, la insultó, le dijo que si volvía nunca más escucharía de él, que la había decepcionado, que era una puta, una perra loca hija de puta. Mora había comenzado a llorar.

lunes, 4 de enero de 2010

12

Juan salió corriendo de su habitación, bajó la escalera, deslizándose por la baranda de hierro. Abajo la puerta de calle estaba abierta. Al atardecer de esa primavera en el barrio comenzó a correr una brisa cada vez más fría, la gente volvía del trabajo y las compras. Muchos miraban de reojo al niño al pasar por la vereda. Nadie lo saludó. Juan se sentó en la puerta de su casa. Enfrente se prendieron las luces de la vieja casa. Juan miró sorprendido ya que nunca nadie había vivido allí. La vecina de Juan salió a la vereda junto a una amiga, saludaron a Juan con desgano. Venían hablando del vecino de enfrente. Quien en ese momento se preparaba un tequila en la mesada de la cocina. Un poco de limón y lo tomaba de un sorbo, luego la volvía a llenar.
Vecina: Dicen que se fue hace 50 años.
Juan: ¿Donde estaba?
Vecina: Dijo que venía de la selva.
La amiga de la vecina, una mujer mayor, que al principio no lo había reconocido se dió cuenta de quien era y le hizo un gesto a Juan como que estaba loco. Las dos se rieron mientras se saludaban y despedían. Cuando se fue la amiga la vecina se acercó a Juan.
Vecina: Todo empezó el día en que en un juego de niños mató a sus padres. Abrió las llaves de gas y a medianoche se fue a caminar luego de asegurarse de cerrar las ventanas en un gesto que por lo ventosa que era la noche parecía de ternura y amor. Se fue de su casa sin pensarlo y hasta ayer nunca había regresado, dice que vivió en la selva, en el dorado.
La vecina sonrió a Juan y entró a su casa.
Juan: ¿Donde habrá ido esa noche?

domingo, 3 de enero de 2010

11


Luis: Los cuatro estaban exhaustos y rodeados de caña colihue, solo un angosto camino abierto a machetazos les permitía estar en pie. Juliana desorientada, se detuvo y con la cabeza negando miró a Pierre, Crisanto vió el gesto y se enfureció.
Crisanto: Que pasa! le pagamos para que nos lleve y ahora no sabe dónde está!
Pierre: Solo necesita pensar un poco.
Crisanto: Más vale que se te prenda la lamparita nena, estoy harto de este camino, no creo que Manuel haya venido por acá.
Juliana: ¿Quién?
Pierre: Nadie que te importe, limitate a lo tuyo y no hagas preguntas, y vos!, dirigiéndose a Joao, dale seguí!, ¿para donde nena?
Joao miró a Juliana pero no le demostró ningún apoyo, nada le importaba realmente, solo el dinero prometido, después de todo conocía historias tan extrañas como esta, mientras paguen el abriría el camino a machetazos y no haría preguntas.
Crisanto miró a Joao, le excitaba su cuerpo y aunque lo despreciaba como a todos, sabía que podía sacarle algún provecho, hacía ya varias semanas que no tenía sexo y lo desaba desde que lo vió.
Juliana: Ya esta por anochecer mañana podremos orientarnos mejor.
Pierre: Tiene razón, será mejor descansar, Joao necesitamos espacio, por lo menos para poder dormir en las bolsas, así que despeja la zona.
Crisanto resopló enfurecido, no estaba acostumbrado a las tareas difíciles, nunca nada le había costado mucho. Solo dinero que tenía a manos llenas. Nunca se hubiera imaginado tener que dormir en esas condiciones, su cuerpo, a pesar de los privilegios, estaba con raspones, su vestido lleno de barro y la transpiración le había corrido el maquillaje. Juliana lo miró asombrada, de pronto todo se estaba saliendo de sus planes, sintió miedo y pensó que había sido una muy mala idea aceptar este trabajo.
Joao hizo lo que pudo pero el trabajo era imposible, al fin pudo abrir un pequeño círculo donde los demás acomodaron rápidamente sus bolsas. No podían hacer fuego, estaban los cuatro en silencio, el cielo estrellado apenas se veía tras las cañas. Pierre sacó una petaca y convidó a Crisanto.
Pierre: Esto parece una tumba.
Crisanto miro a Mora y sonrió.
Crisanto: Tío, demostrale a estos señores que no somos tan incivilizados, porque ya nos están mirando con miedo.
Joao sonrió con sarcasmo. Juliana se acomodó en el suelo e intento dormir.
Pierre: Les voy a contar una historia que me parece apropiada para estas circunstancias. Todo lo que diré sucedió y espero que les inspire vuestros sueños esta noche.
Crisanto se acomodó y encendió un cigarrillo.
Pierre: Un viejo jardinero,
un señor echado a menos,
un laberinto de setas
móvil.

José el viudo aristócrata.
Llora.

Perdido su amor
en los oscuros pasajes
del infinito lugar.

María, la a sus ojos más bella
quien lo ayudó a vivir,
a ser feliz,
su amante,
su amor.


Se perdió en el laberinto
hace años ya.

Quizás un forajido
o un acto fallido
después de todo
¿no habrá huido?

Paulo el jardinero,
fiel servidor
ayuda al señor a vivir mejor.

Mueve las setas
cambia los recorridos,
le prepara agradables sorpresas.

Una cesta de frutas y vinos
al doblar la esquina
de los tulipanes,
una orquesta y su tema preferido,
aquél de su tierna infancia.

Pero apenas mantiene vivo
ese triste corazón.

Por las noches José delira,
la busca sin cesar.
Siempre la ve, allí dormida
luego ella empieza a volar.

Así los años pasaron y la juventud también.
Paulo esta más viejo,
menos ágil y atento.
José sigue igual,
recorre su laberinto
buscando su olor a piel.

Una mañana de otoño
Paulo se queda dormido.
José pasa junto a él.
Sonríe complacido,
un pasaje nunca visto
aparece junto a el,
frente a Paulo aún dormido
en su silla de papel.

Pero no todo es divertido
en el laberinto aquél.

En el piso poco a poco
comienzan a aparecer,
trozos pequeños de aquel vestido
que ella supo tener.

Y luego
lo que no quería ver.
El altar impío a su amada mujer.
Enterrada junto al río
por aquel perro fiel.

Crisanto rió y felicitó al tío, a Joao también le gustó. A Juliana le costó quedarse dormida.

viernes, 1 de enero de 2010

10

Luís: Manuel saltó desde el tronco intentando evitar las aguas profundas pero tropezó y cayó en la parte más honda, el agua helada casi le cortó la respiración. La corriente se llevó sus anteojos y a duras penas pudo nadar hasta el otro lado. Su mochila estaba empapada y con ella toda la ropa y los muchos pares de media que había traído. Se sentó en la orilla y se puso las botas de goma. Si podía ir por aguas poco profundas tendría una oportunidad. Camino río arriba, no sabía exactamente cuánto tiempo tenía por delante, todo estaba diferente de cómo lo recordaba pero no había imaginado que iba a ser tan difícil. Pensó que era solo cuestión de paciencia y un poco de empeño, después de todo si ella había podido lograrlo el también lo haría. Mientras caminaba al atardecer por el río se entretuvo recordando los poemas que le escribió a Mora en una época en que nada hacía prever el desenlace posterior.

Manuel: Beso tu cuerpo
me pierdo en tus dunas
y nunca dejo de mirar tus ojos.
Solo tu despiertas en mi
la pasión que tanto admiras.
Ven otra vez
tus besos nunca ahogan
y a veces me provocan
desprenderme de mi cuerpo.
Y al verte desde arriba
pienso que este verano
conocí al fin la dicha.

Manuel en una pequeña playa decidió pasar la noche. Pudo prender un fuego gracias a un encendedor que se salvó del agua, puso a secar la ropa y preparó una sopa para sacarse el entumecimiento del cuerpo. Sus piernas estaban moradas, insensibles, en muchas ocasiones el agua había superado el nivel de sus botas. La noche estaba calma, sin nubes. Mientras comía miraba las estrellas, estaba seguro que ella las estaría mirando también, sentía que estaba cerca y eso alegró su corazón.

Hedonismo

Coger, culiar. Volar en el mar. Viajar y viajar. Nadar con un cuarto de LSD. Que dos bellas chicas te besen a la vez, besarnos los tres. Comer y cagar. Fumar sin parar. Mirar el mar. Descansar y descansar, parar solo para culiar, coger y mamar. Llorar nunca mas. Dormir una siesta al lado del bar, del mar y esperar que llegue tu amante ideal. Coger y culiar. Tomar un cuartito y ponerte a bailar con dos bellas chicas que quieren lo mas. Mirar tv, comprarte un hotel, un auto de lujo y un paraguas francés, un perfume francés, champagne francesa, comida turquesa, cerveza escosesa y mirada traviesa. Sentir por la noche la brisa ideal, despertar solo cuando quieras culiar.
9

Juan escribe en su blog.
Juan: Hoy cuando bajé a buscar algo de comida ví a mi madre irse de la casa. Se fue dando un portazo, sin despedirse de mi. Afuera la esperaba un taxi. Mi padre estaba en su cuarto, en silencio, alumbrado por la luz del televisor. A pesar de que volví varias veces no volví a encontrar la piedra sumergida y tampoco a ella. Cuándo sea viejo, ¿cómo seré?