15
Juan escribía en su blog, en la pared solo restaban tres días de castigo aunque ninguno de sus padres lo controlaba. Su madre no había vuelto ni llamado y su padre se la pasaba borracho mirando televisión.
Juan: Ayer me animé a mirar por la ventana y me sorprendí al ver que ya no estaba el campo florecido sino una densa selva. Salí y apoyé mis pies descalzos en la tierra húmeda. Había un sendero y lo seguí, el lugar era estremecedor, apenas se veía el cielo. Poco a poco el sendero fue desapareciendo hasta transformarse en una difusa línea tapada de plantas y caña colihue. Caminé por un largo rato sintiéndome observado, se escuchaba una gran variedad de cantos de pájaros, algunos muy raros y amenazadores. De pronto frente a mi, a unos diez metros me pareció ver una silueta moviendose tras una planta. Me quedé inmovil, asustado, escuchando mi respiración. Despúes de unos segundos se volvió a mover alejandose de mi, parecía un anciano vestido con un sobretodo negro, no le pude ver el rostro. Llevaba una gran valija que arrastraba a duras penas entre la maleza. Muerto de miedo decidí volver a mi cuarto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario